domingo, 24 de febrero de 2013

Necesito que me hagáis un favor please! :)

Hola chicassss! Como véis en el título de la entrada, necesito pediros un favor. Pronto he de entregar un trabajo, que trata de escribir una historia que esté relacionada con una canción, en este caso el trabajo es en francés. Yo  he escrito varias historias y quería pediros que por favor me dijerais qué os parecen, cuál os gusta más, si debería hacer algún cambio o lo que sea. Os dejo la canción subtitulada y las historias, a ver que os parece. Mil graciaassss :)))


La pluie- ZAZ

Hasta cierto día, siempre me gustaron los días grises, la lluvia... pero desde aquel domingo de diciembre todo ha cambiado, nada volverá a ser igual. 
 
Mi madre es la alegría de la casa. Cuando estamos angustiados, estresados, deprimidos, ella con un abrazo hace que nos olvidemos de todo, supongo que será cierto eso de que los abrazos de las madres hacen que nos olvidemos de los problemas, porque yo con los suyos lo olvido todo. Aunque he de decir que también tiene sus días malos, como todo el mundo... Hay días en los que ni mi hermano ni yo entendemos sus enfados o por qué llora, y aunque le preguntamos y queremos darle abrazos como ella a nosotros, nunca nos dice qué le pasa. Muchas veces le preguntamos a papá: 
-¿Por qué llora mama?
-No os preocupéis hijos, tiene un día malo- Nos contesta él.

A veces, cuando tiene esos días malos se le pasa enseguida y tan pronto está llorando como se está riendo. Lo malo viene cuando se ríe demasiado, en esos momentos mi padre se la lleva sin decirnos a dónde ni por qué. ¿Por qué se la lleva, si está contenta aquí?. En esos días la extrañamos mucho. Pueden pasar días o incluso algo más de un mes hasta que vuelve mamá a casa, y cuando lo hace, no es lo mismo. Cuando vuelve mamá le preguntamos: -¿Dónde has estado mamá? ¿Por qué no nos has dicho que te ibas?-. Y ella nos responde: - Tranquilos, he ido a ver a la abuela.

Lo raro es que a veces cuando llamamos a la abuela y le preguntamos que tal lo pasó con mamá, se olvida de que estuvo allí, hasta que minutos después se acuerda... vaya cabeza tiene esta mujer. 

Ha pasado un tiempo desde la última visita que le hizo mamá a la abuela. Nos hemos dado cuenta de que cuando pasa mucho tiempo sin ir a verla, mamá se pone muy triste. Supongo que ella también necesita los abrazos de su madre cuando tiene un mal día. Además se acerca la navidad y sé que a mi madre no le gusta mucho esta época del año... le pone triste no poder estar con la familia, en eso somos iguales.

El hombre del tiempo ha dicho que se acerca una tormenta y que va a estar unos días lloviendo. A mi me encanta la lluvia, al contrario que a mi madre. Odia salir a la calle y mojarse, pero a mi me encanta, incluso muchas veces salgo sin paraguas para mojarme a propósito. Además cuando lo llevo, muchas veces no veo a la gente que se cruza por delante de mi y acabo golpeando sin querer a todo el que se cruza por mi camino. Todo el mundo va muy deprisa cuando llueve, y eso no me gusta, me pone muy nerviosa. 

Mi madre lleva unos días muy triste, no para de llorar y empiezo a preocuparme, así que aprovechando que mi hermano está en casa de un amigo, voy a salir a comprarle un regalo para que se anime. Es domingo, pero como pronto es navidad todas las tiendas están abiertas. Está lloviendo, así que espero que no se me moje el regalo. Saliendo de la tienda, recibo una llamada de mi padre. 
-Qué raro, no me suele llamar a estas horas- pienso. 
-Dime papá- contesto.
-¿¡Dónde estás!?- Me pregunta gritando.
-He salido a comprarle un regalo a mamá, ¿por qué? Qué pasa?
-¡No tendrías que haber dejado a tu madre sola! Estamos en el hospital, ven rápido.

Me quedo en blanco, no sé que hacer, empiezo a temblar, me echo a llorar. ¿Qué le ha pasado a mamá? ¿Y por qué no tenía que dejarla sola? No lo entiendo... Empiezo a correr hacia el hospital, el papel de regalo está totalmente mojado por la lluvia. Cuando llego están mi hermano y mi padre llorando, no entiendo nada. Con miedo, me acerco a ellos. 
-¿Dónde está mamá? 
-¡No tendrías que haberla dejado sola! ¡Todo es culpa tuya!
-¿Qué? ¿Pero qué ha pasado? ¿Dónde está?
-Mamá se ha suicidado- Contesta mi hermano.

Se me cae el regalo al suelo, se oye el ruido de los cristales rotos. Había comprado unas cuantas figuritas de cristal para la colección de mamá, pero ya no importa. Ahora nada importa.

Salgo a la calle, no puedo estar ahí. La lluvia cae. La gente continúa corriendo con sus paraguas para no mojarse. Viene mi hermano a buscarme, nos sentamos los dos en las escaleras del hospital, viendo a la gente pasar y la lluvia caer. Los dos necesitamos un abrazo de mamá, pero ella no puede dárnoslo. Ya no vamos a poder abrazarla más. Nunca volveremos a oir su risa, ni la veremos bailar más por la casa. 


Han pasado unos días y mi padre nos ha explicado todo. Mamá tenía una emfermedad que alteraba su estado de ánimo, bipolaridad. Cuando se la llevaba papá, no era a ver a nuestra abuela, era al hospital. Tenía que estar vigilada las 24 horas para que no pasara esto. 

Yo la dejé sola. Es culpa mía. Si no hubiera salido ese día nada habría pasado. Ella estaría aquí, pasando la navidad con nosotros. 
 

Ahora entendéis porqué ya no me gustan los días grises, de lluvia. Me recuerda demasiado a mi madre. Supongo que en un tiempo, cuando haya superado esto, me gustará precisamente porque me recuerda a ella... pero por el momento, es todo lo contrario.

Op. 2

La lluvia... ese fenómeno meteorológico que mucha gente odia pero a mi particularmente me encanta... Hoy os contaré mi historia.

Es domingo, por fin vuelvo a casa por navidad, como en el anuncio de turrón. Hoy en el tiempo han anunciado que se avecina una tormenta y fuertes lluvias. A mi no me preocupa,  pero mi madre está bastante nerviosa, dice que hoy ha tenido una pesadilla horrible, incluso me ha pedido que retrase el viaje un día. Pero no puedo esperar. Les echo de menos y tengo muchas ganas de estar con ellos después de casi 1 mes sin verlos. 
Mi amigo Raúl se ha ofrecido a llevarme ya que también tiene familia allí. Estamos de camino. El del tiempo no exageraba cuando avisaba de la gran tormenta. Está lloviendo mucho, pero parece que mi amigo no tiene problema en seguir adelante con el viaje. Estamos a medio camino, ya queda menos para verles y abrazarles. 
Con tanta lluvia no se ve casi nada. 
-¡Cuidado!
Me despierto... parece que me quedé dormida en el coche. ¿Dónde estoy? Ah, ahí están mis padres, pero...¿cómo he llegado hasta aquí? ¿y por qué lloran? 
-Mamá, ya estoy aquí ¿Qué hacéis en el hospital?- pregunto.
-¿Por qué no me contesta nadie? ¿Qué véis? - me asomo a la cortina.
Oh dios mío... soy yo. 

Morí un domingo de diciembre, durante aquella tormenta. El coche en el que viajaba con mi amigo derrapó en una curva, él perdió el control y chocamos contra otro coche. Él sobrevivió, pero yo no. Mis padres están destrozados. Mi hermano no levanta cabeza. Yo les veo a ellos, pero ellos a mi no. Nunca me había sentido tan impotente. Al menos estoy aquí para verles, para cuidar de ellos. A veces escribo notas, pero mis padres piensan que las escribí antes de morir. 
Veo una luz blanca muy bella que me atrae hacia ella. Parece que mi tiempo aquí ha acabado. Espero que me dé tiempo a escribir la última nota:
 Querida familia, aunque no me veáis sigo aquí, con vosotros. No quiero que estéis tristes, tan solo que recordéis los buenos tiempos. Recordad una cosa: cada vez que llueva, seré yo, tratando de daros un abrazo; cada vez que el viento se levante, seré yo acariciándoos; cada vez que oigáis un trueno, seré yo, recordándoos lo mucho que os quiero. No os olvidéis de mi, os quiere
   Sheila.

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